Ana en la Gran Manzana

A Ana una de las cosas que mas le sorprenden de Nueva York es que los cigarillos se apagan a la mitad, bien vayas caminando por la calle, bien estes sentada en una terraza; no se si desfrifara el misterio que envuelve este fenomeno quimico antes de volverse a Barcelona . A Ana le gusta una cafeteria de aire desvencijado y sofas de sky naranja que hay al volver la esquina de la calle donde vive Oscar. Ana, cuando se emociona en America, canta la cancion cabecera del Principe de BelAir, aquel rap tan tonto que, cantado y gestualizado por ella te hace morirte de la risa, es como el niño que quiere contagiarte la alegria haciendo el payasete. A Ana le flipa encontrar camisetas chulas por diez dolares en las tiendas de Williamsburg . Ana se ha comprado tres pares de zapatos y se ha bebido todos los margaritas. Primero se enamoro del West Village, luego del Soho, y ahora dice que el East Village es su zona favorita. Despues de vivir intensamente casi dos semanas, patearselo todo de norte a sur, de este a oeste, no puede pensar en otra cosa que en comprarse un skate para ir a reunirse con su pandi y jugar a basket en alguna de esas canchas que hay repartidas por la ciudad.